Florencia Montini - docente de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Mar del Plata y miembro del Instituto de Investigación en Ciencia y Tecnología de Materiales - ha sido recientemente elegida por MIT Technology Review entre los 35 ganadores de Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2017 por haber creado un conducto a partir de un nuevo material biomimético con las mismas propiedades elásticas que los vasos sanguíneos.
De manera que, sus injertos que imitan las propiedades naturales del cuerpo, podrían revolucionar los baipases.
El baipás vascular es una técnica quirúrgica ampliamente utilizada para restaurar la circulación en los vasos sanguíneos afectados por obstrucciones o lesiones, como sucede en diversas enfermedades cardiovasculares, como la aterosclerosis.
Para que la sangre supere la vía afectada, se crea un puente o desviación con trozos de otras venas o arterias, o incluso materiales artificiales cuando no es posible recurrir a un material biológico. Esta última opción presenta ciertos inconvenientes, ya que el cuerpo es incapaz de regenerarlos y no presentan las mismas propiedades que el tejido natural.
Por este motivo la ciencia busca nuevos materiales biocompatibles concapacidades similares a las de los propios vasos sanguíneos. Florencia Montini ha sido elegida por MIT Technology Review en español entre los35 ganadores de Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2017 por haber creado un conducto a partir de un nuevo material biomiméticocon las mismas propiedades elásticas que los vasos sanguíneos y que, además, no produce coágulos y es reabsorbible por el cuerpo.
El nuevo material se compone de dos polímeros, el PLLA, disponible comercialmente y con características similares al colágeno, y el PHD, desarrollado en el laboratorio de Montini, similar a la elastina, explica la pionera argentina. Colágeno y elastina son los dos componentes naturales principales de la matriz extracelular de los vasos sanguíneos. El conducto diseñado por la joven innovadora se caracteriza por tener una estructura en varias capas y con diferentes proporciones de los dos polímeros sintéticos. Esta configuración se ha demostrado en el laboratorio que reproduce las propiedades mecánicas de los vasos sanguíneos, algo inédito hasta el momento.
Pero no solo eso. Además, estos polímeros se degradan sin toxicidad en el cuerpo humano. Montini ha comprobado que el tiempo de degradación es compatible con el tiempo de regeneración tisular, por lo que, una vez hecha la cirugía, el propio cuerpo terminaría reemplazando el conducto por tejido vascular nuevo. "El conducto se implanta tal cual se sintetiza", explica la científica. Una vez injertado "las células del paciente migrarían al implante y comenzarían a producir tejido regenerado mientras el injerto se degrada".
Según Montini, no existe ninguna alternativa sintética comercial con todas estas propiedades. Los que hay son "más rígidos y generan complicaciones como trombos y rechazos". Para evitar el problema de la inducción de coágulos, la superficie del tubo creado por ella es tratada con heparina, y estudios in vitro han probado que esto disminuye la adhesión de las plaquetas, las células responsables de crear los tapones sanguíneos. El siguiente paso es comprobar todas estas características en ensayos in vivo.
Para el ganador de Innovadores menores de 35 México 2014 Guillermo Ulises Ruiz Esparza, doctor en la División Harvard-MIT de Ciencias y Tecnologías de la Salud y el Brigham and Women's Hospital (ambas en EEUU), esta tecnología es "muy innovadora y el trabajo de Montini podría tener un impacto significativo en el campo cardiovascular". Este miembro del jurado de Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2017 afirma que "el desarrollo de este tipo de tecnologías se ha centrado hasta ahora en las interacciones biológicas y no en las propiedades mecánicas del injerto, como hace ella".