La construcción de una universidad socialmente comprometida requiere de la gestión de diferentes procesos. Uno de ellos se refiere a la necesidad impostergable de re significar la dimensión ética en la formación integral de los estudiantes y futuros profesionales.

En este sentido, la realización de prácticas que vinculan aprendizaje y servicio solidario permiten a los estudiantes aplicar lo aprendido en las aulas al servicio de la comunidad, y simultáneamente les permite adquirir nuevos conocimientos y poner en juego competencias en contextos reales, desarrollando prácticas valiosas tanto para la formación de una ciudadanía activa y participativa, como para la inserción en el mundo del trabajo. Tal es el caso de las Prácticas Socio Comunitarias, cuya implementación contempla el desarrollo de 3 instancias fundamentales: conceptualización previa a la intervención, práctica y evaluación.

Desde inicios del año 2015, la Facultad de Ingeniería comenzó con la implementación de las Prácticas Socio Comunitarias (OCA Nº 1078/14) desarrollando experiencias piloto de prácticas territoriales con docentes y estudiantes avanzados de las distintas carreras de Ingeniería. La calidad de los trabajos realizados por los equipos de trabajo estudiantiles dieron paso entonces, a la incorporación formal de las Prácticas Socio Comunitarias como requisito académico a partir del año 2017.

Desde entonces, y en lo que va de 2018, se brindan charlas informativas a los ingresantes en el marco bienvenida organizada por la Secretaría Académica, y equipos docentes coordinados por el equipo de trabajo del programa en la facultad se encuentran dictando los seminarios de conceptualización Gestión de Proyectos Sociales y Economía Social y Solidaria para el Desarrollo Local con la participación activa de 62 estudiantes.